Banner image, showing a green cartoon unicorn pony with an indigo and orange mane, wearing a neckerchief and socks, all of them orange. There is text by their side reading: "Hullo! Original Artwork by Lady Lullaby Star, Adapted to Pixelart By Me", followed by a smily

Prólogo I: El Día Que La Luna Cayó

~ Luna ~

"¡Ni un paso más, hermana!" Escupimos con un veneno del más vil linaje. Acaso esperabas que permaneciésemos impasibles mientras nuestros preciosos pequeños ponis se regodeaban en tu oh tan gloriosa luz?"

Las cadenas que nos retenían crujían con cada palabra que pronunciábamos contra ella, nuestro corazón latiendo con nueva libertad.

"¡Solo puede haber una princesa en Equestria! Y esa princesa"— con las pezuñas en alto y un golpe fugaz, el podio a nuestros pies se desintegró —"¡SERÉ YO!"

Celestia —la potra— simplemente se quedó allí, mirando boquiabierta mientras los vitrales se resquebrajaban con nuestro golpe, dejando que la intensa luz de su detestable sol entrase.

Pronto todo será nuestro.

~ Celestia ~

Me corría el corazón. ¡Celestia, tú yegua terca y potra!

El castillo se estremeció tras los pisotones de Luna, sus ojos un blanco invernal.

Su silla vacía al comer, el frío silencio en los pasillos del castillo —las señales estaban— las primeras gotas de la tormenta por venir.

Ignorante de su creciente tristeza, muy ocupada para darle a Luna el amor que anhelaba, erré como la hermana que realmente se merecía.

La luna se alzó y eclipsó el solsticio: en el cielo, oscuridad.

Magia giraba en torno a Luna, retorciéndola y doblándola de espantosas formas. Un vislumbre de miedo en sus ojos, y la envolvió la oscuridad.

Perdóname, Luna.

~ Luna ~

Nuestros músculos se abultaron y nuestra estatura se elevó, un poder vertiginoso y embriagador surgió a través de nos como un río salvaje.

Sin embargo, las sensaciones placenteras no eran sino efímeras: Perdíamos el control; otro ser tomaba las riendas. Nuestro cuerpo cambió, nuestras pupilas afiláronse, y crecieron colmillos.

Y entonces, rió.

Era una risa malvada, totalmente disímil de las risitas suaves y apacibles que Tia soltaba después de sus tontas travesuras, tal como pintar nuestra habitación de rosa mientras dormíamos. No, era seca y amarga; una risa que nos hubiese dado escalofríos si nosotras aún tuviésemos control. Era maníaca, desquiciada. Era la risa de nuestras pesadillas: la mera memoria helábanos los huesos.

Celestia suplicó, "¡Luna, no lucharé contra ti! ¡Has de bajar la luna! ¡Es tu deber!"

Nuestra boca se movió con claro desprecio, dejando que el parásito hablase: "¿Luna? No, hermana, estás muy equivocada, ¡pues nosotras somos Nightmare Moon! Ahora sólo tenemos un deber cómo princesa: ¡aniquilarte!"

Luchamos violentamente en los confines de nuestra mente. Atrapadas en los confines de nuestra mente nos dimos cuenta de algo: esto nunca fue lo que queríamos; esto nunca fue lo que necesitábamos. Queríamos pertenecer, quería ser *amada: esto no es ni lo uno ni lo otro —sólo venganza y odio.*

Disparó un rayo a través de nuestro cuerno, casi azotando a nuestra hermana. Gracias al cielo lo esquivó.

Tia voló por el vitral quebrado hacia el cielo lunar, lejos de nuestro trastornado cuerpo, el cuál frunció el ceño y le dio caza. "¿Adónde crees que vas?"

Su voz empezó reconfortante: cariñosa y afectuosa; dejándonos desahogar nuestros problemas con su escucha. Su voz nos recordaba a un poni que alguna vez nos fue muy querido. Hacía sentirnos seguras, hacía sentirnos en control.

Muy tarde me percaté, que todo fue un sucio engaño.

Ráfagas de energía erupcionaron de nuestro cuerno, abrasando el aire y destruyendo nuestro hogar por cientos de lunas. Intentamos detenerlo, pero la resistencia fue inútil.

"Dinos, hermana: ¿por qué es que en nuestra noche, de reposo sin igual, con su luz de las candelas y ventoso susurrar, los ponis en Equestria se esconden de la luna, esperando tu día soleado?"

Parecía afligida, punzada por sus acres palabras —antes nuestras también. Anhelábamos consolarla, y esta demencia acabar. Sentir su cálido abrazo; sus pezuñas, una vez más.

Nuestros desesperados intentos resultaron en vano: el parásito había usurpado el control.

Oh, cómo torció nuestros deseos con sus dulces palabras tentadoras. "Has de ser respetada," decía; "tu noche ha de ser venerada," decía.

"No permitiremos que esto ocurra nunca más: todo poni apreciará nuestro enjoyado cielo oscuro, porque ¡la noche, durará, para siempre!", pronunció mientras nos forzaba a contemplar cómo azotaba a nuestra querida hermana.

Qué potra que fui al creerle.

Un grito desgarrador oímos con su caer. Estábamos enfadadas, sí, pero partíasenos el corazón ver a nuestra hermana así. El parásito se rió.

Ya basta.

No podíamos quedarnos quietas y dejar que mate a Tia. Combatimos contra el parásito por el control de nuestro cuerpo. Al principio sufría ligeros tremores, llegando a violentos espasmos, hasta que pudimos volver a movernos con nuestra voluntad.

Trató de defenderse, pero no le dejaríamos ganar, yo no le dejaría ganar.

Volamos al lugar donde estrellose Tia y la buscamos frenéticamente.

Cuando la encontramos yacía inmóvil, sin apenas respirar.

Resollábamos por aire, pánico invadiéndonos. "¡Por los astros, Tia! ¡No has de morir así!" Luchábamos por recordar los conjuros de sanación que Star Swirl nos enseñó mientras mirábamos el pulso de Tia.

Bien, aún latía, aunque a duras penas.

Nuestra magia curó sus huesos rotos y detuvo su horrible sangrado, y luego nos tumbamos a su lado —conteniendo lágrimas y acariciando su vientre— todo mientras el parásito siseaba en nuestra mente, procurando recuperar el control.

Escuchamos los murmullos maltrechos de Tia. "Oh, Luna, ¿por qué se ha forjado tal destino?”

No logramos retener más nuestro llanto. “Oh, Tia”, sollozamos, “realmente lo lamento. Dejamos que los celos se nos apoderasen, permitiendo que nos consumiese la oscuridad". Parecía que Tia quería decir algo, pero proseguimos sin cesar. "Te ruego, hermana, utiliza los Elementos: dudo poder mantener el control por mucho más."

Un destello de dolor cruzó sus ojos mientras hablaba. "Hermana mía, te suplico, juntas venceremos a la oscuridad, ¡no necesitamos usarlos!"

El tenue hilo de control al que nos aferrábamos se rompió cuando estábamos por responder, dando paso a que el parásito volviese a hablar. "Tu yerras, hermana, no tendrás ya elección."

El parásito volvió a apuntar, mas logramos hacerle errar, dándole a Tia efímeros segundos para actuar. Ella esquivó y voló en un frenesí de pánico, precipitándose en la bóveda de los Elementos.

Vaciló en activarlos, conflicto plasmado en su rostro, mas al final optó por la elección correcta.

"Oh, hermana mía; me pesa el alma! Anhelo que puedas perdonarme por esto."

Los Elementos de la Armonía danzaron a su alrededor, y con una decidida mirada melancólica —llena de lágrimas arrepentidas— fulminó nuestro cuerpo con el poder de la Armonía.

Aunque ardía en cegadora agonía, y el parásito chirreaba tal cual una pesadilla, me sentí en paz: sabía que algún día la vería una vez más.


Nota del Autor


Hola, ¡gracias por leer este primer capítulo! Como siempre, cualquier crítica es bienvenida, sea de caracterización, coherencia interna de la narrativa, o cualquier otra cosa.

Traté de traducir este capítulo siguiendo un estilo más arcaico, dado que este prólogo toma lugar mil años antes que la serie —y en mi versión inglesa Luna y Celestia están hablando en un Inglés de Shakespeare— decidí ir por un español más arcaico, tomando convenciones de un amplio periodo entre los siglos XII y XVII para tener más libertad en cuanto al tono que quería comunicar.

Si encuentran algún error en mi uso del Español antiguo, por favor háganmelo saber, ya que mi conocimiento sobre éste no es particularmente bueno, sino una mezcla de lo que me acuerdo del colegio y la ayuda de Bing Copilot para la traducción.

También quería decir que para los efectos de esta historia y todo mi AU principal, una luna es equivalente a un mes en Equestria, durando exactamente 4 semanas de 6 días cada una, o 24 días, con un año de 16 lunas; cada año teniendo una ligera variación en días festivos y bisiestos no-semanales que está entre 32 y 45 días totales esparcidos a lo largo del año, dándonos entre 416 y 429 días en un año.

Al punto de este prólogo, Celestia y Luna han estado gobernando Equestria por un poco más de 33 años.

He dado años tentativos para el inicio de su reinado y los eventos de la serie en sí, siendo estos 176 d.E. (después de Equestria) para su Derrota de Discord, su ascensión, y su imposición al yugo del liderazgo, 209 d.E. para el destierro de Luna (es decir, este Prólogo), y 1209 d.E. para Los eventos de La Magia de la Amistad partes 1 y 2.

Partes del diálogo fueron directamente tomadas o inspiradas por Lullaby for a Princess y The Moon Rises por ponyphonic, que si aún no las han escuchado (o incluso si ya lo han hecho) definitivamente se los recomiendo, ¡son auténticas obras maestras!

En fin, las Cutie Marks para indicar quien narra actualmente están inspiradas en Never Alone de SoloBrony, con las Cutie Marks en sí proviniendo de estas fuentes: Princesa Luna por HelloxxAlone y Princesa Celestia por BlackGryph0n


Changelog:

  • 16 de Enero 2024: Primera versión en Español!
  • 11 de Abril 2024: Correcciones gramaticales y porteo a Markdown para más flexibilidad en la edición.